domingo, 29 de mayo de 2011

La primera entrada militar a Arizona


El 2 de noviembre de 1697 partían el misionero Eusebio Francisco Kino y el militar Juan Matheo Manje de Dolores al actual Arizona en otra expedición, aunque ahora con una meta netamente militar, estratégica: verificar la lealtad indígena de esa región. (En el mapa adjunto, que puedes ampliar, aparecen las poblaciones actuales, que entonces no existían, mostradas con estrellas; la frontera actual, que tampoco había entonces es la línea roja, recta y punteada; mientras que la ruta que siguieron los exploradores aparece en color naranja)

Ruta al actual Arizona de los expedicionarios. La frontera actual es la línea recta punteada 
Llevaban diez sirvientes nativos, los ornamentos para misa, tres cargas de viáticos, más de sesenta caballos y mulas, así como regalos para los indígenas. Ya en Quíburi (cerca del actual Fairbank, Arizona) se les unió El Tte. Cristóbal Martín Bernal con 22 soldados enviados desde Fronteras. Allí encontraron al jefe Coro celebrando una victoria sobre los apaches: “festejó todo e! día nuestra llegada con un exquisito baile, en forma circular, en cuyo centro una alta asta, donde pendían trece cabelleras, arcos, flechas y otros despojos de otros tantos enemigos apaches que habían muerto; y en todas las demás rancherías bailaban el mismo triunfo. Con lo que verificamos lo que está de parte de los españoles la nación… Y los mismos soldados entraron en el baile gozosos del desengaño.” 

Después, Kino le propuso a Bernal explorar más al norte por el río San Pedro y el Jefe Coro decidió escoltarlos con 35 guerreros. Según Manje: “Es todo el valle, como dije, ancho, largo, fertilísimo; y sus sementeras con acequias y riego; vestidos y adornados los indios de mantas pintadas, ceñidores y sartales de cuentas al cuello.” Además, los indígenas les informaron que de vez en cuando llegaban a visitarlos, desde el Norte, gente blanca como ellos, lo que vino a acicatear la curiosidad de los exploradores.

Era todo tan fructífero y la expedición tan exitosa, que decidieron continuar explorando, ahora por el río Gila y llegaron hasta inmediaciones del actual Phoenix. En sus márgenes fueron encontrando edificaciones antiguas, de las que Kino elabora sobre la mayor: “Los señores soldados se holgaron mucho de ver la Casa Grande. Nos admirábamos de ver que estaba casi una legua distante del río y sin agua; pero después vi que tenía una grande acequia de un muy grande terraplén, que tendría tres varas de alto y seis o siete de ancho, y era mayor que el de la calzada de Guadalupe de México. La cual grandísima acequia, según todavía se ve, no sólo metía el agua del río hasta la Casa Grande, sino que, justamente, dando una gran vuelta, regaba y cercaba una campiña de muchas leguas de largo y ancho de tierra muy llana y muy pingüe. Con facilidad se podía ahora también aliñar y techar la casa y componer la grande acequia para un muy buen pueblo, pues hay muy cerca seis o siete rancherías de pimas sobaipuris.” Es decir, proponía reutilizar los restos de la cultura que hoy conocemos como Hohokam en beneficio de los Pimas, de quien se sospecha son sus descendientes.

Continuaron nuestros viajeros su expedición, y más adelante les salió un indígena pintado de rojo, quien les mostró una bola del colorante que había utilizado. Manje pensó que el colorante podría ser mercurio y en ese caso constituiría un hallazgo importantísimo, ya que  “…si acaso lo es, fuera de gran servicio a su Majestad y utilidad para las minas de la Nueva España se descubriese tal tesoro; pues, no habiendo en el mundo más minas de azogue que la del Almadén de España, la de Huancabelica en el Perú, y la de Carintia en Alemania, cuando flaqueó la saca de las nuestras, le costó muchos intereses a su Majestad la consecución y conducción de ellos de la Carintia porque no parasen las minas de plata y oro de las Indias” ya que el mercurio era esencial entonces en la minería de metales preciosos.

Eran, todas, noticias muy atractivas; hubieran querido continuar su expedición pero no llevaban escolta suficiente y decidieron volver con mayor apoyo. Regresaron cauce arriba, ahora siguiendo el río Santa Cruz hacia el Sur y pasaron por Tucsón, Tumacácori y San Lázaro, donde dejaron de lado, hacia el Este, un lugar donde doscientos años después sería fundada la mayor mina de cobre en México. Sabemos que ya entonces lo conocían porque en el mapa hecho por Kino para ilustrar el libro que escribió sobre la muerte de Saeta se encuentra ubicado.

El mapa de Kino con la ubicación de Cananea

En ese lugar, precisamente estas fechas, el 1 de junio pero de 1906 iniciaba la huelga de Cananea que ha sido atinadamente calificada como precursora en México de los movimientos sociales que acompañaron al siglo XX y aún no terminan, aunque nuestros viajeros no podían prever ese futuro y continuaron su viaje hasta que llegaron de vuelta a Dolores el 2 de diciembre. Había sido una expedición militar de reconocimiento sumamente exitosa a una región que también, cómo podrían adivinarlo, siglo y medio después pasaría al dominio de otra nación que, por otro lado, no existía aún.

domingo, 22 de mayo de 2011

Preparando la entrada militar al actual Arizona


Otro de los acuerdos logrados en la visita del grupo indígena a Bacerac a finales de 1697, según nos cuenta el Padre Kino fue:  “que entrasen algunos soldados en la Pimería, siquiera hasta Quíburi, a ver con sus ojos el estado bueno de las cosas y la madurez de la muy cuantiosa mies de almas.”

Es decir, se proponía que las armas españolas entrasen a la región del actual sureste de Arizona (recordemos que por entonces la nación vecina no nacía aún), sobre las márgenes del río San Pedro, a cerciorarse de la lealtad a la corona de los Pima Sobaipuris y de su enemistad con los Apaches. La razón era que por entonces había surgido un rumor: que los indios de esa región montaban caballos robados a los españoles.

Sin embargo, el militar Juan Mateo Manje compañero de Kino en muchos de sus viajes exploratorios, nos explica que esos caballos habían quedado de los ranchos ganaderos que hubo en la región, y que fueron abandonados; además nos ofrece más información que la del misionero:  “por extinguir yo el mal concepto con que nos atrasaban la venida de evangélicos operarios, con cautela supliqué al general, mi tío [Domingo Jironza], entrase una escuadra de soldados, en compañía del padre Kino y mía, a este descubrimiento, que me concedió, porque se desengañasen los soldados que se iban con el mal concepto y corriente de los demás”.

Así, Jironza ordenó que el Capitán Cristóbal Martín Bernal, con 22 soldados, se reunieran con Kino y Manje en Quiburi, cerca del actual Fairbank, Arizona, e investigaran la lealtad real o no de los indios Sobaipuris. De este viaje ocuparé mi próximo artículo…

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Pero ahora son oportunos dos paréntesis. El primero es que esta semana celebramos el Día Mundial de las Telecomunicaciones. Con ese motivo, Telmex nos informa que trabajan actualmente para cubrir a Nogales Sonora con fibra óptica, con una inversión acumulada en 20 años de 630 millones de dólares; además, que de los más de 2,400 municipios que tiene nuestro país, México, se escogieron 53 para establecer en ellos internet público gratuito y Nogales fue uno de los agraciados con varios puntos de conexión.

El que se encuentra ubicado en el Centro Cultural Los Nogales tiene una velocidad de acceso a información muy por encima de lo común, así que la invitación está abierta para quien desee hacer uso de esta nueva herramienta de la transferencia de información. Yo no pude asistir a la ceremonia de inauguración de este nuevo servicio porque cuando lo supe, el día anterior, ya tenía programados varios eventos que me ocuparon todo el día. Pero eso no es lo importante.

Lo importante y coincidente es que precisamente el mes que viene, Junio de 2011, mi portal de Internet personal (cuya dirección viene al final del artículo) cumple 10 años de vida. Por aquel entonces, cuando lo inicié, constantemente se me cuestionaba que si para qué servía eso, que no iba a funcionar y argumentos por el estilo. Pues debo decirte, estimado lector, que este portal logró ya un lugar envidiable. Si uno busca en Google Mëxico con la palabra “nogales,” encontrará que ocupa no únicamente el primero sino los dos primeros lugares de entre más de nueve millones de páginas que tienen esa palabra. Y lo mismo sucede cuando uno hace búsquedas con palabras combinadas con Nogales (historia, geología, economía, etc). Y si lo hace desde España, verá que "nogales mexico" o "nogales sonora" ocupan el segundo lugar después de Wikipedia, y f.inalmente, lo mismo ocurre para Google en Ingés.

Aunque también podríamos medir su éxito por el número de accesos que tiene el portal. El año pasado, 2010, alcancé más de 316 mil páginas consultadas de mi portal, o sea un promedio de casi mil páginas diarias, mientras que el antepasado, 2009, logré más de 391 mil páginas, y así por el estilo los demás años. ¿Qué otra acción podía haber realizado para una difusión tan fructífera de lo nogalense?

Decidí formar este portal porque Nogales está conformado por una población eminentemente joven, cosmopolita en lo nacional.  El portal responde a esa mayoría,  a aquellos que buscan informarse sobre lo local, aquellos que buscan un factor de unión en la comunidad y lo hacen utilizando las herramientas de la modernidad, que ahora reconoce Telmex con sus acciones en este municipio.

El portal comprende actualmente más de 200 páginas de Internet en las que ofrezco información sobre cualquier cosa que se desee saber acerca de esta ciudad y municipio; su historia, clima, geografía, geología, economía, crecimiento, etc. Además, acabo de terminar una traducción del portal al Inglés. En texto, serán aproximadamente 2,000 páginas en cada idioma. Y ya finalmente, y previendo el futuro, actualmente estoy modificándolo con más interactividad, que es la tendencia en transferencia de información que ya se asoma.

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Segundo paréntesis: este día 19 pero en 1883, ocurrió el fallecimiento del Gral. Jesús García Morales, uno de nuestros grandes sonorenses. Amaneciendo me habló de Magdalena, Sonora, el Lic. Ramos Navarro para recordármelo y concuerdo con él. García Morales merece mucho más de lo que hemos hecho en su memoria.


domingo, 15 de mayo de 2011

Entre los Sobaipuris

Obedeciendo al Padre Visitador Horacio Pólici, el 10 de diciembre de 1696 partía Kino rumbo al Norte a iniciar la labor cristianizadora entre los indígenas Sobaipuris, que eran los habitantes de las márgenes del río San Pedro y del Santa Cruz en el sur del actual Estado de Arizona y norte de Sonora. De acuerdo con Manje: “el mayor número de la nación Pima, Soba y Sobaipuris, que aunque en distintas regiones y facciones es una misma y general, el idioma que hablan con poca diferencia de cual y cual verbo y nombre, y solo faltaban que ver, los que llaman y viven al Noroeste, Papabotas de la misma lengua…” es decir, todos de lengua Pima, y como comprenderás, estimado lector, los Papabotas eran los actuales Pápagos, pero ese es otro tema.

En Quiburi (un poco más al norte de Fairbank, Az), Kino hizo labor misional y después regresó a su misión de Dolores. Apenas había llegado cuando partió en otra expedición, ahora a visitar a los nativos que vivían en las cercanías del actual Nogales, sobre el río Santa Cruz. A su paso por San Luis Bacoancos (actual poblado Centauro de la Frontera) a la sombra de los Picachos de Santa Bárbara, dejó 60 reses para iniciar un rancho ganadero; continuó su camino y pasó por Tumacácori para llegar hasta San Xavier del Bac, desde donde regresó a su misión.

Para marzo partía en otra expedición con la meta de consolidar las dos entradas anteriores. Llevaba a Quiburi “un poco de ganado mayor y una manadilla de yeguas para principio de una estanzuela,” y el 17 de abril salía en una cuarta expedición, acompañando al Padre Pedro Ruiz de Contreras, a quien dejó a cargo de las misiones de Cocóspera y Suamca (actual Santa Cruz).

Sin embargo, en mayo de 1697 se supo en Sonora que el Virrey ordenaba que Kino fuera enviado a trabajar con el Padre Salvatierra a Baja California. Así se inició una pugna entre el gobierno virreinal, que quería enviarlo a la California, y Pólici que intentaba que siguiera la tarea entre los Sobaipuris. Para resolverla, Kino le escribió en junio una carta al General de la Orden Jesuita, proponiéndole que lo destinaran la mitad del tiempo a Sonora y la otra mitad a Baja California. Al conocer la orden virreinal, los influyentes de Sonora, el Visitador Horacio Pólici, el Gral. Domingo Jironza y otros iniciaron una campaña para lograr que Kino se quedara aquí. Y no tardó en llegar la contraorden: “el señor virrey me ha pedido que yo deje a vuestra reverencia con sus queridos pimas, y así cuídelos porque en otras partes se teme un alzamiento general…” orden que alcanzó a Kino cuando ya iba camino al Yaqui a acompañar a Salvatierra, y se devolvió.

La principal razón que tenían los superiores misioneros para que se continuara la penetración entre los Sobaipuris, radicaba en que habían notado que éstos acostumbraban por entonces montar caballos, y la duda surgió de cómo los habrían conseguido, ya que el caballo no había sido un animal de transporte en la América prehispana. O bien estaban confederados con los Apaches (jocomes, xanos, etc), que ya habían iniciado los asaltos que los harían famosos posteriormente, o los habían robado a los ranchos españoles.  La verdad, que era distinta, se sabría después.

Para entonces, las actividades de Kino habían logrado abrir la región de los indios Sobaipuris a la colonización europea y sólo faltaba conseguir misioneros. Con ese fin, Kino concertó que los indígenas de la región se reunieran en Dolores terminando septiembre de 1697 para ir a Bacerac a visitar al Padre Pólici. “En el real de San Juan, en Oposura y Guasavas; por donde pasamos, nos hicieron todo agasajo, así los señores seglares como los padres. En 6 de octubre, día de Nuestra Señora del Rosario, llegamos a Santa María de Bazeraca” Era la misión del Padre Horacio Pólici y la fecha de la partida de Salvatierra a su aventura califórnica.

En Bacerac, según nos cuenta Kino:  “su Reverencia, con varios exámenes, aun ocultos, que hizo y mandó hacer, quedó tan satisfecho de la gran lealtad de estos pimas, que escribió una muy fina carta al señor gobernador de las armas [Domingo Jironza], para que se fomentase la Pimería y se procurase conseguirle los padres que necesitaba y merecía, que con eso se conseguiría la quietud de la provincia y que se quitarían los enemigos jocomes y xanos etc., los cuales se retirarían al oriente.” Así, se iniciaba la conversión de los Sobaipuris no únicamente en Cristianos sino también en vigilantes contra las actividades Apaches.


domingo, 8 de mayo de 2011

De calabazas y puntales

Después de que Kino detuviera en julio de 1696 en su casa de Dolores a los nativos que consideró culpables de la muerte de Saeta, y que para lograr resolver el problema del asilo religioso propuso invitarlos a comer calabaza en la casa del Teniente para que, cuando estuvieran allí arrestarlos oficialmente, sobrevino la condena regional.

El veterano Padre Horacio Polici, misionero en Bacerac y recién nombrado Visitador de las Misiones, le escribió el 21 de septiembre diciéndole que: “con precepto le mandaba” que los prisioneros fueran puestos en libertad. La orden fue, sin embargo, extemporánea, ya que Kino la recibió cuando los nativos se encontraban  ya en manos del Teniente Peralta, por lo que éste le pidió ayuda al Rector, Francisco Xavier Mora, para liberarlos: “Sírvase vuestra Reverencia de avisarme de lo que podemos hacer para conseguirles su libertad…” 

Para entonces, Pólici no se había quedado de manos cruzadas y le había ordenado al Padre Mora que abogara por rescatarlos, lo que éste logró, según informaría: “…antes que se cumpliesen dos días de haber recibido la orden se los saqué al teniente y me los traje sueltos a esta misión [de Arizpe], donde los guardé hasta que les negocié totalmente el perdón por escrito” aunque agregó: “…no me fié en dejarlos en la misión del padre Kino … porque juzgué no estaban seguros…”

Además, para que no se repitiera esa o se diera alguna situación similar, Mora le escribió a Kino “…una carta seria poniéndole a la vista todas las cosas en que había faltado;” aunque después de leerla, éste hizo uso de la función que tenía por entonces de Admonitor, o sea una posición estipulada en las normas Jesuíticas (No 770 de las Constituciones), en la que el superior inmediato nombraba a algún subalterno para que honesta y confidencialmente le advirtiera sobre cualquier cosa, ya sea personal o de su gobierno, relacionada con “lo que piensa debe de ser para el mejor servicio y gloria de Dios;” y así fue cómo Kino le envió una durísima respuesta a Mora, quien se la transcribió al Visitador Pólici, además de agregarle el siguiente comentario: “… descargó sobre mí lo que yo no pondero, y vuestra Reverencia verá que es buena prueba de la reverencia que tiene a sus superiores o de la mucha virtud y humildad del padre…” 

En respuesta, Pólici le respondió el 23 de octubre: “La carta del padre Kino está para Roma. Una resma de papel no bastará ahora para contrapuntear la carta del padre Eusebio con argumentos todos fortísimos, pero nos cansamos de balde, él no lee papeles, sino especulando formalidades para seguir con su tema…” y concluía su misiva pidiéndole a Mora que, como Rector, reprendiera a Kino. Pero éste se excusó, ya que “… temía que el padre Kino me revolviese otra peor, pues estaba tan fresca la mano que me había dado su Reverencia….”

Y así corrió la voz sobre esta pugna. El Padre Manuel González, cuyos huesos junto con los del Padre Ignacio Yturmendi acompañan actualmente a los de Kino en su cripta, y que había precedido a Pólici como Visitador, se puso ahora del lado del Padre Mora y le escribió, apoyándolo; pero además agregaba un juicio que reforzaba lo expresado por Pólici en el  párrafo anterior de este artículo, además de poner en contexto de las pugnas de la élite intelectual novohispana y de la Pimería lo que sucedía entonces: “…la carta de Vuestra Reverencia para el padre Kino está muy buena. La del padre Kino está trabajosa como su Reverencia escribió de Sigϋenza…”

¿Porqué ligaba González esta carta admonitoria de Kino con lo sucedido con el cometa?  Pues porque para el Padre González, al igual que para Pólici, ésta era otra manifestación más de la tendencia de Kino a reinterpretar los hechos, en sus textos, a su favor, ya que si anteriormente, a su llegada a la Nueva España, Kino había provocado una polémica gratuita con Sigüenza  cuando escribió su “Libra Astronómica” en la que ligaba la aparición de un cometa con buenos augurios para el gobierno, obra que había provocado a Sigüenza a responderle con su “Exposición Astronómica…”  (Puedes ver aquí el artículo de esa polémica). en la que negaba la capacidad de los cometas a producir buenos o malos sucesos terrenales; mientras que ahora en su amonestación nuevamente Kino reinterpretaba lo sucedido; ambas acciones, la del cometa y la carta admonitoria de Kino eran vistos por los demás misioneros pimalteños como manifestaciones de la tendencia de Kino para reinterpretar los hechos a su favor.

Y así fue cómo, al terminar ese año de 1696, se manifestaban en el teatro pimalteño dos perspectivas: por un lado la opinión de los superiores inmediatos a Kino de que éste se sujetara a las normas establecidas, y por la otra la visión de las autoridades superiores de que era necesario apoyar la capacidad del misionero tridentino para lograr la conquista espiritual y material pimalteña.

Aún el padre Pólici se vio envuelto en la polémica: el 1 de noviembre le ordenaba a Mora que confiara a Kino la conquista de nuevas misiones entre los indios Sobaipuris en el río San Pedro, en el actual Arizona, ya que “esta obra [será] de muchísimo servicio de Dios y del rey,” aunque el mismo día verbalmente le ordenó al Padre Agustín de Campos, de San Ignacio, que se hiciera cargo de esa misma tarea. Campos, a su vez, le hizo saber ésto a Mora quien, confuso, obedeció la orden que había recibido por escrito y le encargó a Kino la empresa del río San Pedro, aunque comentó: “supuesto que el padre Campos sabe muy bien la lengua y el padre Kino no, éste se pudiera quedar en su Cotzari y el padre Campos andar en la empresa…”

Todo lo anterior mereció un comentario del mismo Padre Pólici quien, refiriéndose a la edad de Kino, cincuenta y un años, escribió: “El puntal viejo y tuerto lo miro, pero hasta no tener puntales nuevos es fuerza valerse de él.”

domingo, 1 de mayo de 2011

A comer calabaza...

Eusebio Francisco Kino escribió durante los últimos meses de 1695 una biografía del mártir Francisco Xavier Saeta al que le agregó un mapa de la Pimería con un dibujo del martirio. Después, en noviembre salió a la ciudad de México a pedir más misioneros y a contrarrestar los informes negativos contra los misioneros. Se entrevistó con el Provincial Jesuita y el Virrey, acusó a algunos capitanes pimalteños de responsabilidad en la rebelión y consiguió la promesa del Provincial de enviarle cinco misioneros más. El 8 de febrero de 1696 partía de regreso a la Pimería para llegar a Dolores en mayo.

Mapa de la Pimeria Alta con la imagen del martirio de Saeta, por Kino.
En junio llegaban los jefes indígenas de toda la región a Dolores, iban convocados por Kino. Este los reunió en la iglesia, les habló en Pima de los resultados de su viaje a la capital novohispana, bautizó a los que estaban catequizados y se lo negó a los que aún no lo habían sido. Por su parte, los indios le ayudaron a segar el trigo y Kino envió un informe a la ciudad de México con los nombres de todos los asistentes.

Cuando supo ésto, el padre Marco Antonio Kappus, misionero de Cucurpe, 20 kilómetros río abajo de Dolores, le escribió al Rector Francisco Xavier Mora, misionero de Arizpe, una carta que le pedía que quemara después de leer. Le informaba que Kino había convocado esa reunión para desmentir lo que se decía sobre él: que no hablaba Pima y que bautizaba sin catequizar adecuadamente; pero también, que los había llamado para que le ayudaran a cosechar el trigo, como “ordinariamente se hace todos los años.”

En respuesta, el Rector le escribió un informe al Provincial con una lista de acusaciones contra Kino; entre otras, que el supuesto informe de Kino a los indígenas había caído en oídos sordos, ya que éstos no comprendían el significado de lo que Kino les dijo, porque “aún de los que están entre españoles, no alcanzan la mínima parte de conocimiento de lo que es virrey, ni padre provincial…”

Pero eso no fue lo peor, ya que en seguida lanzó una verdadera bomba: Kino había ordenado el arresto de dos indios que él consideró eran los verdaderos culpables de la muerte de Saeta y envió a unos justicias indígenas de Dolores a detenerlos, aunque cuando pasaron por San Ignacio, el padre Campos ordenó que regresaran ya que vio que Kino se estaba involucrando en asuntos seculares. Cuando supo ésto, Kino se encolerizó contra Campos y se quejó de él con Mora: “Ya pudiera estar ejecutado el castigo del alcalde de Oquitoa, el homicida sacrílego del padre Saeta si cierto cariblanco no lo hubiere estorbado.” Mora, sin embargo, respaldó las acciones de Campos y le advirtió a Kino que no se metiera en asuntos seculares.

De cualquier manera, Kino hizo caso omiso a la advertencia del Rector. Envió de nuevo a sus justicias, los que arrestaron a los indios y se los llevaron a Dolores donde, según escribiría Mora: “encarceláronlos (dicen por no haber casa apropiada en el pueblo) en la misma casa del padre en un aposento pared en medio de la iglesia…” Luego, Kino les informó al rector Mora y al teniente de Alcalde Mayor, Pedro de Peralta, que ya habían sido detenidos. Y como por entonces pasó por Dolores el padre Ruiz de Contreras, Kino le pidió que confesara a los indios, a lo que éste se negó argumentando que no sabía Pima. La respuesta de Kino fue que de cualquier manera ya habían sido catequizados; así que los llevaron a la iglesia a bautizar y regresaron a encerrar para esperar su suerte.

Pero no terminaron allí las complicaciones. Cuando Kino le dijo a Contreras que sólo esperaba la llegada de Peralta para entregárselos, éste le respondió que no podrían sacarlos del edificio, ya quese encontraban protegidos por la inmunidad de la iglesia. Entonces Kino le respondió que no sería difícil mandarlos a comer calabaza a la casa del capitán para arrestarlos allá.

Cuando Peralta llegó a Dolores desde Arizpe donde vivía, para protegerse de complicaciones debido a la inmunidad de la Iglesia acordó con Kino que los indios salieran desamarrados de la casa, aunque con guardias, y así los arrestó. Luego, Kino le informó al Rector Mora lo sucedido: “Dijéronme las justicias española y no española que los dos habían salido sueltos y de su propia voluntad a comer calabaza.” Eso desató la tormenta… Pero el espacio se agota, así que continuaré en el próximo.